Hola gente ¿qué tal han ido vuestras vacaciones? ¿Ha sido muy dura la vuelta? Yo, por mi parte, llevo cuatro días dando vueltas por vuestros blogs y contemplando las cosas que habéis hecho durante vuestros días de asueto y no sabía como empezar mi entrada de hoy. Os preguntaréis ¿y tú qué has cosido? Aquí os enseño mis labores vacacionales:
No, no, que no he tenido problemas con blogger para subir la foto es que ¡¡¡no he cosido nada!!! Todo el verano diciendo que en agosto iba a coser esto y lo otro, que por fin podría terminar parte de lo que tenía empezado, que me iba a poner con el SAL de hardanger nuevo al que me había apuntado…. ¿para esto? Sí chicas, lo sé. Soy un desastre pero aprovechando el buen tiempo que nos ha hecho por el norte montamos una piscinita y nos dedicamos a la vida contemplativa del que no hace nada de nada. Sólo comer y dormir.
Me llevé de todo por si la moscas. Ya se sabe que la que es “hiperactiva” tiene que ir bien preparada no vaya a ser que le apetezca ponerse con el patchwork y no tenga telas por casa o que quiera hacerse un collar y no tenga cuentas de bisutería. No abrí ni las bolsas. Sólo la última semana, tras oir a mi madre decirme: “anda deja de fregar los platos y ponte con el hardanger a ver si me terminas las puntillas que empezaste el año pasado” (haciendo especial énfasis en el tiempo que hace que empecé esta labor), entonces me paré a pensar y efectivamente en septiembre empecé esas famosas puntillas que tenían que ser 6 y que yo aún iba por la cuarta. Me puse como loca y terminé la cuarta, empecé la quinta, hasta que me di cuenta de que no las iba a poder terminar porque ya me quedaban pocos días de vacaciones y lo dejé. Total no vuelvo al pueblo hasta Navidades asi que ya las terminaré en casa con calma.
Y este es el relato de mis labores. Ni fotos he hecho de la vergüenza. Para contentar a mi madre pusimos en su sitio 3 de las puntillas y ahora el mueble parece “cojo” porque le faltan otras 3. De ahí que no haya hecho fotos.
Eso sí, me lo he pasado divinamente comiendo, durmiendo, volviendo a comer, volviendo a dormir… Y ¿a que no sabéis que me encontré por el camino? Pues con 3 quilos de más que no sé de dónde han salido y como mi dieta estaba de vacaciones como yo ¡¡¡se han quedado conmigo!!! Ay hijas, que dura es la vuelta… Yo tengo depresión pero no postvacacional sino lechuguina porque desde que he vuelto no como otra cosa que ensalada de lechuga y ya me estoy volviendo de color verde. Es el castigo que me he impuesto a mí misma por comer sin miramientos y por dormir la siesta un par de horitas cada día en vez de ponerme a caminar. Sí, sí siestas de dos horas y eso durante 3 semanitas seguidas. Ahora que lo pienso… 3 quilos son pocos ¿verdad? Anda ya que le voy a dar la vuelta a la tortilla y en vez de deprimirme por los 3 quilos me voy a poner contenta porque ¡¡¡podrían haber sido 5!!! Si ya decía yo que mi metabolismo era especial. Y como mis vacaciones han sido exclusivamente gastronómicas os dejo con unas fotos de mis manjares.
- Mariscada en Burela
- Barbacoa en casa
Aunque sigo algo apenada por no haber cosido nada estoy muy feliz de haber descansado tanto, de haber disfrutado 24h al día de mis dos amores, por el buen tiempo que nos ha hecho, por lo bien que se come en Galicia vayas a donde vayas... Eso sí, ahora toca coser un poco así que a ver si prontito puedo enseñaros alguna labor. Un beso enorme y yo a esperar la vuelta a casa por Navidad...